Editorial
Labubu: El peluche caótico que está conquistando al mundo (y las carteras de los famosos)

¿Es un monstruo adorable? ¿Un elfo peludo con dientes salidos? ¿Un amuleto de moda con precio de lujo? Labubu es todo eso y más. Este peculiar muñeco se ha convertido en el nuevo objeto de deseo global, causando furor en tiendas, redes sociales y hasta subastas de arte donde ha llegado a venderse por más de $170,000 dólares.
Sí, leíste bien. Un peluche de colección ha logrado lo que muchas marcas de lujo sueñan: ser tendencia, viral y símbolo de estatus. Pero… ¿de dónde salió Labubu y por qué todos —incluidas celebridades como Rihanna, Dua Lipa y Lisa de BLACKPINK— lo llevan colgando en sus bolsos?
El origen mágico de Labubu

Labubu nació de la imaginación del artista hongkonés Kasing Lung, quien creció rodeado de cuentos nórdicos en los Países Bajos. En 2015, lanzó una serie de libros ilustrados llamada The Monsters, protagonizada por pequeñas criaturas elfas traviesas pero de buen corazón: los Labubus.
Estos personajes, aunque tiernos, tienen una vena caótica. Ayudan… pero a veces todo les sale mal. El resultado: muñecos peludos con orejas puntiagudas, dientes chuecos y una sonrisa que mezcla ternura y picardía.
Del cuento a la locura global
Aunque Labubu comenzó como personaje literario, su fama explotó en 2019 cuando Lung se asoció con la compañía china POP MART, especialista en juguetes coleccionables. Desde entonces, cada lanzamiento de Labubu se convierte en una batalla campal entre fans, revendedores y bots.

Los muñecos se venden en «blind boxes» (cajas sorpresa), lo que añade un factor de emoción: no sabes qué figura te tocará. Eso ha provocado filas de madrugada, páginas colapsadas y una fiebre de reventa online que triplica los precios originales.
¿Un accesorio de moda?
Lo curioso es que Labubu ha cruzado la línea de juguete a ícono fashion. Se ha vuelto común verlos colgados en bolsos de lujo —especialmente de Louis Vuitton— como accesorio de culto.
Entre sus fans se encuentran Lisa (BLACKPINK), Rihanna, Emma Roberts y hasta David Beckham. En redes, coleccionistas comparten tips, muestran sus Labubus “vestidos” y hasta fabrican accesorios personalizados. Etsy y AliExpress están llenos de ropa, carritos, mochilitas… ¡para muñecos de 10 centímetros!
¿Por qué nos obsesionamos con Labubu?
Más allá del hype, expertos dicen que esta fiebre responde al deseo de reconectar con la infancia y escapar del estrés adulto. Es nostalgia, es juego, es comunidad. Y sí, es también una inversión coleccionable: algunas ediciones raras ya valen cientos (¡o miles!) de dólares.
Además, el formato de «blind box» apela al mismo placer que generan las cartas Pokémon o los juguetes sorpresa de cereal. Esa sensación de “¿qué me va a tocar?” sigue siendo adictiva, sin importar la edad.
El poder suave de China
Labubu no solo es un fenómeno comercial. También se ha convertido en un símbolo de la creatividad cultural china. POP MART, su distribuidor, ya opera en más de 30 países, incluyendo EE.UU., Reino Unido y Singapur, y ha multiplicado sus ingresos pese a tensiones geopolíticas.
Analistas ven en Labubu una prueba de que el entretenimiento chino está conquistando al mundo, sin necesidad de traducción: solo ternura, caos y una buena historia.
Labubu no es solo un peluche. Es moda, nostalgia y cultura pop en miniatura. Y aunque para algunos puede parecer feo o extraño, el mundo entero está cayendo rendido ante su carisma… y abriendo la billetera para tener uno.